Por Giselle Jara // Fotos Guillermo Fridman
A lo largo de los casi diez años de la marca creada por Ilse Jara, la diseñadora paraguaya encontró su propio número áureo o código phi en las figuras geométricas de la naturaleza, desde donde desarrolla la fórmula de las proporciones perfectas. Sin duda, nos encontramos ante una de las más talentosas artistas nacionales y, desde Level, decidimos rendirle un justo homenaje para celebrar sus éxitos
Ilse Jara tiene un rostro resplandeciente y precioso, sus ojos transmiten naturalidad y honestidad. El maquillador y fotógrafo Guillermo Fridman no tuvo que hacer mucho para resaltar sus facciones, que pronto quedarían inmortalizadas en la sesión para la tapa de nuestra edición lujo 2019, vistiendo prendas de la nueva colección de ilsE spring-summer 2019 y unos looks Made to Measure exclusivamente para ella; una exclusiva para Level.
Para ella, el lujo se refleja en la calidad, en todo sentido, desde el tejido, el molde, el corte y la terminación, además de la comodidad y el servicio. “Prestamos especial cuidado en la atención, nuestros clientes son recibidos de la mejor manera para que vivan la experiencia desde el inicio. Para mí, lujo es eso: calidad en todo. Por eso, trabajamos sobre dos ejes: lo visual y lo emocional”, dice.
Su historia es motivadora y su vida no estuvo exenta de sacrificios. “Dos cosas nos inculcaron mis padres: el trabajo y la familia”, dice la joven de 29 años, quien es la cuarta de cinco hermanos.
Desde muy pequeña, tuvo claro que quería dedicar su vida profesional al diseño de moda. Su madre, tras notar su interés, le compraba revistas fashionistas, con las que podía soñar sin límites. El primer acercamiento real que tuvo con el diseño fue en el colegio, cuando sus profesoras de artes plásticas exhibían sus trabajos en otros cursos. “Las chicas del último año y amigas de mi hermana me buscaron para que diseñe sus vestidos de colación. Recuerdo que, para el primer pedido, hice mil bocetos”, comenta entre risas.
“Para mi papá, el diseño era solo un hobbie; entonces me recomendó estudiar Moda y, al mismo tiempo, una carrera comercial de refuerzo para enfocar como empresa, porque realmente ninguna profesión dentro del arte te enseña a ser una buena empresaria y en eso estoy eternamente agradecida”. Estaba tan determinada que a la mañana estudiaba Moda, a la tarde diseñaba mis primeras prendas y a la noche estudiaba Marketing.
En el 2008, todavía en la universidad, la diseñadora empezó con sus primeros trabajos y revela cómo, ese año se asoció con su compañero Carlos Benítez, uno de los más experimentados costureros que conoció hasta el momento. con él se lanzó, prematuramente, al mundo de la alta costura. “Éramos compañeros en la facultad, y puedo decir que ¡cose como los dioses! con él aprendí muchísimo la parte técnica de la alta costura”, exclama, evocando a su querido amigo.
Además de participar de incontables ediciones del Asunción Fashion Week, Ilse pisó las pasarelas del London Fashion Week, New York Fashion Week y Arab Fashion Week.
El momento de evolucionar
De sus estudios en Paraguay saltó a Europa donde fue aceptada en una de las mejores escuelas de moda: el Istituto Marangoni, ubicado en Milán (Italia), donde se graduó con honores.
Con los años, Ilse se fue consolidando como marca insignia de la alta costura paraguaya. La naturaleza es el leiv motiv indiscutido de todas sus manifestaciones artísticas. “Es la manifestación más grande de Dios, toda nuestra existencia, de la tierra, lo que habita y existe en ella, es el milagro más grande del mundo; y es muy fácil perder conciencia de eso. Decidí enfocarme en la naturaleza como una manera de amplificar esto desde la moda y comunicar, no solo la parte estética, sino la importancia y la maravilla que existe detrás de cada especie, concepto o elemento. Por otro lado, elegí la naturaleza porque es atemporal, siempre existió y no dejará de existir: nunca puede estar fuera de ‘moda’ ”, expresa.
Su marca tiene tres líneas bien diferenciadas. Por un lado, Ilse Jara, que expone colecciones de alta costura; Ilse Jara White, su línea dirigida a novias, coladas, debutantes y quinceañeras; e ilsE, la línea ready to wear, pensada para acompañar a la mujer Ilse Jara en su día a día.
En su Fashion lab, la artista gesta y experimenta con los más osados diseños que desafían las formas, los colores y las texturas. con ayuda de la tecnología, el arte, la arquitectura y la naturaleza, sus piezas ya son parte de la posteridad. Fruto de este trabajo es Transmutare, colección lanzada en el 2018, cuyas curvas replican texturas del reino fungi.
Este año, el laboratorio presentó la cápsula AdivinA, compuesta por ocho diseños exclusivos que toma prestadas las geometrías del insecto mantis. Esta colección se caracteriza por sus apliques en las pecheras, realizados con ayuda de corte láser de alta tecnología, una novedad para nuestro país, aplicada a diferentes tejidos, como capas de tul superpuestas para crear siluetas livianas y etéreas. los colores de los vestidos pasan por los tonos nudes, pasteles y negros.
Por último, ante nuestra pregunta de cómo se ve en diez años, la joven respondió contundente: “desde mis posibilidades, espero seguir contribuyendo con el cambio dentro de la industria de la moda, con propuestas más conscientes e innovadoras”.
Un dia en la vida de la diseñadora
Con casi 20 personas a su cargo y otras 40 que trabajan en forma indirecta, la diseñadora sabe ponerle un límite al trabajo. Entre semana y fuera del horario laboral, dedica un tiempo de calidad a sí misma, realiza ejercicios de meditación, lee, escribe y camina. También adora pasar momentos de ocio con su familia, amigas y mascotas.
“Me cautivan las ensaladas exóticas, lo agridulce, la comida árabe y oriental, prefiero mil veces más lo salado que lo dulce”, afirma.
No pudimos evitar consultarle acerca de su rutina de belleza. “Es muy simple, a la noche utilizo un jabón líquido facial, seguido de agua termal y una crema hidratante nocturna. Por la mañana, me lavo el rostro solo con agua y me aplico una crema para el día”, añade.
Ilse Jara, además, es directora ejecutiva del grupo empresarial Sindec Group, un conglomerado de firmas pertenecientes
a los rubros de importación, real estate y ganadería. “Mi rol es ser también directora de Marketing e idi (investigación desarrollo e innovación) y tengo a mi cargo planteles laborales en cada una de las firmas, en las cuales trabajo activamente todas las mañanas. Solo por las tardes estoy en el lab. Trabajar en estas empresas y asumir compromisos muy grandes, me hicieron madurar muchísimo como profesional, persona y, sobre todo, como líder. Allí realmente aprendí el valor del equipo humano y la importancia de mantenerlo motivado y en sintonía para lograr mejores resultados: es la única manera de crecer”, concluye.